Recordamos
a Arturo Illia en el día de su fallecimiento
La UCR tiene la obligación de recuperar para una Argentina con valores
Cuando Arturo Illia
presidió la República, entre el 12 de octubre de 1963 y 26 de junio de 1966,
una gran parte del mundo actual no existía. El hombre no había dado sus
primeros pasos por la luna y eran desconocidos las computadoras personales,
internet y el canal por cable.
Su gobierno mostró capacidad,
honestidad y convicción plasmadas en un gobierno con proyectos, para el
conjunto de la sociedad Argentina. Illia fue presidente y su patrimonio no se
acrecentó, todo lo contrario, murió pobre.
En su corto mandato la Argentina creció a tasas chinas, pero a diferencia
de hoy con desarrollo. Asumió con 23
millones de dólares de reservas en el Banco Central y cuando se fue había 363.
En su corta gestión el presupuesto educativo casi se duplicó. Si en
el año 1963 el 12% de los recursos del Estado eran destinados al área, dos años
después se habían asignado a educación el 23%. El impulso de la Argentina,
Atenas del Plata, no se detenía y Argentina era reconocida en Latinoamérica por
los excelentes indicadores en materia educativa.
Se delineó una política energética a largo plazo. El recurso
petrolero era considerado estratégico para el desarrollo del país. Apenas
asumió anuló los contratos firmados por Frondizi por presentar vicios de
ilegitimidad y por ser dañosos a los intereses de la Nación.
La democracia social
estaba en marcha. La redistribución no formaba parte del discurso, sino de la
realidad de las políticas de gobierno. Arturo
Oñativia, impulsó desde su ministerio la ley 16.462, conocida hoy como Ley
Oñativia. Por ella se controló la fabricación y se congelaron los precios
de los medicamentos. Los intereses que esta política tocó fueron tales, que
algunos historiadores aducen esta cuestión como causa del derrocamiento de
Illia.
El gobierno de Illia se estableció a través de la ley 16.459 de 1964 el
salario mínimo, vital y móvil para “evitar la explotación de los trabajadores en aquellos sectores en los
cuales puede existir un exceso de mano de obra", "asegurar un ingreso mínimo
adecuado" y "mejorar los salarios de los trabajadores más
pobres". Esta legislación, necesaria para una Argentina de pleno empleo pero con profundas desigualdades
sociales y regionales fue acompañada por la ley de abastecimiento y la fijación
de montos mínimos para las jubilaciones y pensiones.
Al igual que hoy, la
Argentina estaba profundamente dividida. Al asumir Illia, el peronismo estaba
proscripto y no participaba de las elecciones. 8.596.787 sufragaron aquel
7 de julio de 1963. Illia recibió el 25 % de los votos, dos millones y medios
de votos. Un millón ochocientos mil fueron en blanco y número un poco menor
apoyaban a la UCRI. El resto se distribuía entre diferentes partidos.
El primer acto de gobierno
de Illia fue eliminar las restricciones que pesaban sobre el peronismo desde
1956. También la prohibición sobre el partido comunista fue levantada y los
tradicionales actos plebiscitarios del justicialismo volvieron a ocupar los
espacios públicos.
Illia hizo realidad en los hechos de actitudes que hoy se reclaman
como libertad, consenso, disenso. No tuvo mayoría en el Congreso, los gremios
tramaban su derrocamiento, la prensa no era amiga, y jamás renunció con la
palabra o con los actos a sus profundos ideales democráticos y republicanos.
Para hacer una Argentina diferente, solo hay que quererla.
Para recordar
15 Nov. 2010 | Alfredo
Leuco Illia en pijamas
Illia en pijamas
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