viernes, 18 de enero de 2013


Recordamos a Arturo Illia en el día de su fallecimiento

La UCR tiene la obligación de recuperar para una Argentina con valores

Cuando Arturo Illia presidió la República, entre el 12 de octubre de 1963 y 26 de junio de 1966, una gran parte del mundo actual no existía. El hombre no había dado sus primeros pasos por la luna y eran desconocidos las computadoras personales, internet y el canal por cable.

Su gobierno mostró capacidad, honestidad y convicción plasmadas en un gobierno con proyectos, para el conjunto de la sociedad Argentina. Illia fue presidente y su patrimonio no se acrecentó, todo lo contrario, murió pobre.

En su corto mandato la Argentina creció a tasas chinas, pero a diferencia de hoy con desarrollo. Asumió con 23 millones de dólares de reservas en el Banco Central y cuando se fue había 363.

En su corta gestión el presupuesto educativo casi se duplicó. Si en el año 1963 el 12% de los recursos del Estado eran destinados al área, dos años después se habían asignado a educación el 23%. El impulso de la Argentina, Atenas del Plata, no se detenía y Argentina era reconocida en Latinoamérica por los excelentes indicadores en materia educativa.

Se delineó una política energética a largo plazo. El recurso petrolero era considerado estratégico para el desarrollo del país. Apenas asumió anuló los contratos firmados por Frondizi por presentar vicios de ilegitimidad y por ser dañosos a los intereses de la Nación.

La democracia social estaba en marcha. La redistribución no formaba parte del discurso, sino de la realidad de las políticas de gobierno. Arturo Oñativia, impulsó desde su ministerio la ley 16.462, conocida hoy como Ley Oñativia. Por ella se controló la fabricación y se congelaron los precios de los medicamentos. Los intereses que esta política tocó fueron tales, que algunos historiadores aducen esta cuestión como causa del derrocamiento de Illia.

El gobierno de Illia se estableció a través de la ley 16.459 de 1964 el salario mínimo, vital y móvil para “evitar la explotación de los trabajadores en aquellos sectores en los cuales puede existir un exceso de mano de obra", "asegurar un ingreso mínimo adecuado" y "mejorar los salarios de los trabajadores más pobres". Esta legislación, necesaria para una Argentina de pleno empleo pero con profundas desigualdades sociales y regionales fue acompañada por la ley de abastecimiento y la fijación de montos mínimos para las jubilaciones y pensiones.

Al igual que hoy, la Argentina estaba profundamente dividida. Al asumir Illia, el peronismo estaba proscripto y no participaba de las elecciones. 8.596.787 sufragaron aquel 7 de julio de 1963. Illia recibió el 25 % de los votos, dos millones y medios de votos. Un millón ochocientos mil fueron en blanco y número un poco menor apoyaban a la UCRI. El resto se distribuía entre diferentes partidos.

El primer acto de gobierno de Illia fue eliminar las restricciones que pesaban sobre el peronismo desde 1956. También la prohibición sobre el partido comunista fue levantada y los tradicionales actos plebiscitarios del justicialismo volvieron a ocupar los espacios públicos.

Illia hizo realidad en los hechos de actitudes que hoy se reclaman como libertad, consenso, disenso. No tuvo mayoría en el Congreso, los gremios tramaban su derrocamiento, la prensa no era amiga, y jamás renunció con la palabra o con los actos a sus profundos ideales democráticos y republicanos.

Para hacer una Argentina diferente, solo hay que quererla.

 

Para recordar

15 Nov. 2010 | Alfredo Leuco Illia en pijamas

Illia en pijamas

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