A 29 AÑOS
La UCR recuperó la vida
institucional del país. No fue un gobierno todopoderoso. Las mayorías de las
gobernaciones estaban en manos del peronismo y la Cámara de Senadores de la
Nación también.
No era un gobierno rico, todo lo
contrario debía haber austeridad. Los precios internacionales de aquella época
eran bajísimos, al punto que el campo reclamaba subsidios para sostener sus
emprendimientos.
Las corporaciones no estaban con
el gobierno. La Iglesia católica hacía campaña desde el púlpito contra el
presidente Alfonsín, los militares recurrían a alzamientos armados, los
sindicalistas a paros generales, l a Sociedad Rural a abuchear al presidente…….
Clarín y La Nación jamás apoyaron a Alfonsín, ni tampoco el naciente Página 12.
Fue un gobierno comprometido con
los derechos humanos y enfrentó a todas las corporaciones, incluso al Partido
Justicialista de aquella época que bregaba por amnistía para los militares
golpistas.
Con estos límites y
responsabilidades se gobernó y se propuso a la sociedad una idea de democracia
que “hoy” vale recordar y practicar:
¿Cuáles son esos valores sobre los que aspiramos a construir las
rutinas de una sociedad democrática?
Pensamos que una sociedad democrática se distingue por el papel
definitorio que le otorga al pluralismo, entendido no sólo como un
procedimiento para la toma de decisiones, sino también como su valor fundante.
En estos términos, el pluralismo es la base sobre la que se erige la democracia
y significa reconocimiento del otro, capacidad para aceptar las diversidades y
discrepancias como condición para la existencia de una sociedad libre. La
democracia rechaza un mundo de semejanzas y uniformidades que, en cambio, forma
la trama íntima de los totalitarismos. Pero este rechazo de la uniformidad, de
la unanimidad, de ninguna manera supone la exaltación del individualismo
egoísta, de la incapacidad para la construcción de empresas colectivas. La
democracia que concebimos sólo puede constituirse a partir de una ética de la
solidaridad, capaz de vertebrar procesos de cooperación que concurran al bien
común. Esta ética se basa en una idea de la justicia como equidad, como
distribución de las ventajas y de los sacrificios, con arreglo al criterio de
dar prioridad a los desfavorecidos aumentando relativamente su cuota de
ventajas y procurando disminuir su cuota de sacrificios.
Extracto del Discurso pronunciado
por el Presidente de la Nación, Dr. Raúl Alfonsín, ante el plenario de
delegados al Comité Nacional de la U.C.R. en Parque Norte el día 1° de
diciembre de 1985, en línea.
RAÚL ALFONSÍN, GRACIAS.
ENTENDIMOS QUE LA DEMOCRACIA NO ES UNA ILUSIÓN ES LA CONVICCIÓN DE UNA SOCIEDAD
POR VIVIR EN LIBERTAD, JUSTICIA E IGUALDAD